Administrado, pringado,
llama que te llama,
adjunta que te adjunta
copias cotejadas de tu malestar,
de tu pesar, de tu dni fichado
por un pasado computado.
Milimetría de tu interés,
—no vaya a ser...—
de tu disponibilidad para ayer,
de tu capacidad de cuadrar círculos,
de la oportunidad improbable
de cumplir por fin el perfil
del alfil desterrado del tablero.
Parado deshonrado por tu Estado.
Vago, aprovechado, condenado.
Piojo del sudor de nuestra frente,
o de la del de enfrente,
el lindo emprendedor doliente.
Palabra de dios.
Parásito demasiado bien pagado,
enquistado en nuestra conciencia
de mejores empleados laureados
del mes, del año, del siglo...,
del cementerio obrero y pacato.
Compañeros, recemos:
No enferma quien no quiere,
no para quien arrastrándose avanza,
no explota quien es en la pira asado,
no existes si no tienes un contrato.
Hjo del despido, nieto de la pobreza,
vete y lámete las heridas a otra sombra;
aguanta los desprecios cotizando,
y cuando no te quede sangre goteante,
te secaremos al aire corrupto del zulo
para escarnio y ejemplo, para placer de clase,
sin peligro de hacerte mártir y enraizarte.
Imagen: http://www.anticapitalistes.net/local/cache-vignettes/L600xH450/arton1892-12b0d.jpg
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