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sábado, 19 de julio de 2014

FÉMINAS AFINADAS

Juanita era la preferida, también la primera en su vida. Con ella había vivido el comienzo de la atracción, los primeros toqueteos ingenuos, exigentes, instintivos, casi violentos en su ansia por desentrañar el misterio oculto en cualquier cuerda  del corazón. Ahora tenía también a Hortensia, que llegó por carambola, asequible, castizamente acústica y de manos de alquien que jamás la comprendió ni la trató  con demasiado o ningún esmero, siquiera respeto. Él, sin duda, la curaría y la haría vibrar de éxtasis. Pero entre ambas damas paisanas, cercanas, autóctonas, había conocido otras curvas exóticas, eléctricas, súbitas y magnéticas en sus anglosajonas lenguas de metal afinado. Violet o Florence no eran para él anárquicas flores de un día, ni subyugadoras féminas donde rasguear solo caricias punkys llenas de pinchos, sino que ambas representaban la sutil evolución de sus maneras de amar la vida y la música, que eran, en definitiva, lo mismo. Sus guitarras gemían como cortesanas o doncellas al ritmo de sus dedos amantes, sabios, delicados o atenazadores, tal cual el ánimo de su ser los llevase cada día a surcar las eses pronunciadas de aquellas bellas espaldas de madera.


Collage de "Mujer-guitarra" de Man Ray y Alberti. 

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