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jueves, 26 de junio de 2014

¿PUEDO HABLAR CON MI REFLEJO?

Por la noche me visitan mariposas que son metáforas simétricas de la realidad gris y vuelan alrededor de su eje. Ellas me dan ánimos para levantarme de la rama del sueño con las zapatillas vueltas del revés y me instan a mirar el mundo con la  esperanza de que alguien me regale un asentimiento verdadero. Luego, pasadas las horas y las oportunidades perdidas, la incertidumbre vuelve a hacerse dueña del asfalto y me atrapa las manos por las muñecas y los pies por los tobillos como si fueran los peligrosos capos simpáticos de Tony Sopprano: sebosos, repeinados con gomina pegajosa de supermercado y obsoletas sienes plateadas de un Drácula desdentado. No necesito una formula infalible de dicción —eso sería como buscar la perdida piedra filosofal en el pajar— sino un tono persuasivo y autoritario que se amolde al interlocutor brindándole latigazos de placer. 

Me han prohibido las mariposas, me han soltado al monte a cazar sinónimos perfectos, me están apretando las tuercas para que sea yo misma quien compre mi propia mercancía a mi reflejo. 



2 comentarios:

  1. Que importa el calzado si esta al revés o no,solo importa el caminar derecho.La esperanza que te despiertan en forma de mariposas,es una métafora vivida, por todos aquellos que tambien queremos hablar con nuestro reflejo.
    No sabes lo que me ha hecho reir lo del Drácula desdentado,una ocurrencia que solo a tí se le puede ocurrir.

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  2. Ojala todos amaneciésemos todos los días con mariposas a pesar de los reveses que podamos sufrir, y que nos libren de aquellos que nos impiden dejar de soñar. Preciosa entrada, releida más de una vez, y que te hace reflexionar.

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