LA MISMA PIEDRA

HH: ¡Hola!

ISOLDA: Hola... 

HH: ¿Eres nueva?

ISOLDA: No del todo. Hace años que no entro en el Meetic... había olvidado la contraseña, y todo...

HH: Ya, seguro que los mismos que llevabas felizmente emparejada.

ISOLDA: Sí, claro, bueno, al final no tan felizmente... es obvio.

HH: ¿Y qué intención traes? ¿Follar y seguir con tu vida habitual?, ¿follar y cambiar radicalmente tu vida?, ¿follar y... follar más?

ISOLDA: Vaya, parece que para algunos todo se reduce a una misma cosa.

HH: Solo hay una cosa que nos mueve, ya lo decía el Arcipreste de Hita, "tener ayuntamiento con hembra placentera"...

ISOLDA: Joder...

HH: Eso mismo. Mira, hagamos una prueba. ¿Con cuántos estás chateando ahora mismo, trágica damisela romántica? Y no mientas, no te juegas nada.

ISOLDA: Solo contigo.

HH: Mentira.

ISOLDA: Esto es insultante, me voy...

HH: Estás hablando con Rocky B., que resulta que también soy yo, je, je, je... No te avergüences, lo hace todo el mundo. Todos buscamos lo mismo, al final.

ISOLDA: Pero lo importante siempre es el camino, no solo el final de éste. 

HH: Ya veo, quieres enrollarte a palabras. Has visto HH y te ha enganchado el nick psicológico. Estás en la fase más tierna. Volveré cuando te arrastres por la red suplicando un polvo.

ISOLDA: Esa es la etapa en la que ahora estás tú, ¿no?

HH: Sí. 

ISOLDA: Pues, venga, quedemos. ¿Dentro de una hora en la Plaza Mayor?

HH: Así, ¿sin descripción ni nada? Vale, vale... En la puerta del viejo cine Avenida, esperaré media hora, no más. Si no te gusto, huye.

ISOLDA: Ok.

Ante la entrada del abandonado cine, cuarenta y cinco miutos después, se encontraba una ex pareja deshecha, dispuestos ambos una vez más a tropezar en la misma piedra del enamoramiento. Cada uno de ellos dio media vuelta hacia su casa, jurando mentalmente no pisar el Meetic jamás. Tal vez, Jader o algún otro.