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viernes, 22 de junio de 2012

Vended, malditos bancos, vended

Utilicemos sólo el sentido común, que como muchos saben es el menos común de los sentidos, para buscar soluciones prácticas a la situación. Veamos, el lunes el ministro De Guindos _el único que curra y da la cara, para entendernos, pues Marrano no hace otra cosa que ir al fútbol o a Brasil de cóctel_ va a mandar la carta donde pedirá a la UE un préstamo de CIEN MIL MILLONES DE EUROS a un interés aún por determinar, con el fin de salvar de la crisis del ladrillo de 2008 algunos bancos españoles. Al parecer, según dos test de estrés de empresas independientes que han costado otros DOS MILLONES de eurazos, el 90% del sistema financiero patrio necesita entre dieciséis mil millones en el mejor de los casos, o sesenta y dos mil en el peor _que digo yo que ya podían afinar un poco más, con lo que han cobrado_ para sanearse y seguir funcionando como lo que es, o sea, un grupo de entidades que dejen créditos a personas y empresas para crear negocios, comprar casas, y bla, bla, bla. Además, por supuesto, como medidas crípticas e ininteligibles para el común de los contribuyentes, las expertas auditoras dan consejos a dichos bancos como que hay que "aislar activos tóxicos", "crear un banco malo" y demás. Pero en el fondo, de lo único que se trata, es de saber quién apanda con la rebaja de los miles de pisos de precios hiperinflados durante la burbuja inmobiliaria. Es decir, quién asume la pérdida de valor de esas casas tasadas muy por encima de lo que realmente valían y que, o no han sido vendidas nunca, o han sido retiradas a sus dueños porque no pudieron pagarlas. 
Creo yo que la solución es, sencillamente, que cada palo aguante su vela, o lo que es lo mismo: que cada banco venda sus bienes inmuebles a precios asequibles a los ciudadanos, precios reales, aunque con ello pierdan la mitad o más de lo que sus peritos estimaron que valían, pues de esa estimación nadie les tuvo ninguna culpa, a no ser su propia ambición de negocio. El déficit de 19.000 millones de Bankia, por ejemplo, se podría reducir a la mitad o más si vendiese sus "activos tóxicos" inmobiliarios, o sea, sus apartamentos de un dormitorio valorados en la irreal cifra de 130 mil euros, por un precio ajustado, de mercado contante y sonante a la baja, que dependiendo de las zonas no superaría los 60 mil euros. 
Esto ha comenzado a pasar, tarde, pero ha comenzado, con la bolsa de pisos que el Banco de Santander _uno de los que, dicen, no va a necesitar ninguna ayuda, faltaría más_ ofrece en Barreiros (Lugo) a veinte mil euros, sí VEINTE MIL EUROS, con una o dos habitaciones (trastero y garaje aparte). Ya hay colas como en la catedral de Santiago, para ver lo increíble. 
Vended, malditos bancos, vended baratos los pisos que arrancasteis a sus dueños empobrecidos, y saldréis de la crisis, menos ricos, pero saldréis. No pretendáis que encima los paguemos nosotros, los asalariados, y nuestros hijos, dos veces, con impuestos, salud, educación y recortes durante dos generaciones por lo menos, al interés que se le antoje a la Merkel. Y tú, Marrano, baja al suelo ya y arrima el hombro en vez de pedir limosna en Bruselas, joder.

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