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viernes, 24 de enero de 2014

CADA VEZ MÁS

Sueño que mis ojos amarillean por la sal que lloran.

Menstruo en honor de la primera fémina que chorreó sus muslos.

Habito un lugar hiperpoblado donde solo puedo contar un amigo azul.

Y los bares, cada vez más secos.

Odio a las sirenas porque no pueden escarrancharse.

Relleno formularios que me cuentan quien soy.

Escribo para tomarme el pulso.

Y en los anuncios, cada vez más niños.

Vomito para seguir con mi vida sin problemas.

Bebo queriendo teñir de rojo la apatía de las paredes.

Me calzo en febrero tus botas usadas aunque las llame mías.

Y en la sangre, cada vez más frío.



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