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viernes, 22 de noviembre de 2013

LA LACUSTRE FREGONA

—...Y cuando estaba ya en caja con la cartera en la mano, ¡mierda! ... (Sí, disculpe...) Vi que me faltaban la fregona y el palo. Los de atrás pusieron cara de "notevamosaesperar,guapitadecara,asíquetuverássss", y el cajero, vacilante y sebáceo, me sugirió que fuese a buscar los artículos, que él me retendría la suma, aunque, claro, debería aguardar de nuevo mi turno en la cola. Resignada, pues, volví al laberinto de los hiperpasillos a elegir la fregona más barata, pese a ser de acero el mástil, oiga. En total, veinte euros por una compra de mierda. (Vaya, disculpe de nuevo...) En fin, que cogí las dos bolsas, una en cada mano, y me di cuenta de que me faltaban miembros para llevarlo todo, además estaba lloviendo, para más inri... Y, como una china de las películas me cargué el palo sobre los hombros y le colgué cada peso en ambos extremos: dificultoso mantener el equilibrio, con paraguas y todo..., no vaya usted a creer, ¿eh? ... (Sí, sí, ya voy al hecho, Señoría) Al pasar ante el edificio del Ayuntamiento me encontré con la manifestación, bueno, eso supuse al ver las pancartas, la gente —poca, la verdad, como siempre, para lo que estamos pasando— con las capuchas caladas, los brazos en alto y la manada de antidisturbios saliendo de las grilleras lo mismito que toros del toril. (Sí, perdone, usted la expresión) En fin, que la emprendieron conmigo a porrazos, Señoría, que yo venía del híper, a mis cosas, y acabé rebozada como un lirio en el charco grande de la Plaza Mayor, ahogada casi. Que yo ni sé el motivo de la protesta, que no digo que esté a favor ni en contra, que es que desconozco qué se reclamaba. Lo único que sé es que tengo cardenales en el cuerpo y estoy sin fregona otra vez. 

—¿Y dispone usted del tiquet de compra? —inquirió el juez.

—Sí, claro, aquí lo llevo en la cartera, para rendir cuentas con mi jefa, que buena es ella con las cuentas, no me pasa una.

—Bien, aquí se indica literalmente "palo de acero", señorita, y eso es lo que tiene que constar en el auto. Usted agredió a los agentes con dicho adminículo...

—Fue en defensa propia y solo cuando me aporrearon entre varios...

—La próxima vez, aléjese de las algaradas, máxime cuando va armada.

—No, la próxima vez lo que haré será comprarme el palo de la fregona a posta.


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