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jueves, 13 de junio de 2013

CACHOS

-¡Guapa, tengo la mejor babosa de toda la plaza! Llévame un par de kilitos, anda...
-¿A cuánto?
-Veinte euros. Llenan la boca. Ni una arena...
-No será chirla...
-Señora, que antes de engañarla me exilio al Perú.
-Ja, ja, ja... ¡qué exagerada! Dame un kilo.

-¡Rabaniiiiiiños, patacas novas, chíííííícharos, cereixas, kiiiiiiiiiwis! Verde que te quiero verde...
-A ver estas lechugas...
-Tena riza, lisa, de folla de carballo...
-No sé, a ver esta otra...
-...
-Están un poco mustias...
-¡Señora, son leitugas, non abanos! Se as anda a apalpar, as leva para o pazo ese que xa nos podían ir devolvendo. ¡Son sesenta céntimos!
-Tenga y buenos días, (¡sin vergüenza!).

-¡Bueeeeenas, doña Carmen, buenos los ojos que la ven un verano más!
-Buenos días... a ver qué carne tiene...
-La que usted quiera: los filetes de aguja que tanto le gustan, las carrilleras...
-¿Y tienes osobuco?
-!Cómo no! ¿Cuántas piezas?
-Una.
-Pero grande y libre, ¿verdad? 
-Verdad. Tenga.

-¡Parrochiña viviiiiiiiiiiiiña!
-Ah, deme una docena, por favor.
-Xa estou pechando, marcho.
La pescantina cierra con decisión la verja del negocio.
-Pero, abuela, por qué no le quisiste vender a esa señora, ¿quién es?
-A filla dun demo que escachou a república... 

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